Alteración de los ciclos de floración de árboles tropicales, posible indicador del cambio climático a nivel de finca. El caso del “Siete Cueros” o  “Mayo”, Tibouchina lepidota (Bonpl.) Baill


El Siete cueros, llamado también por los campesinos de la Región Andina colombiana “Mayo” por su hábito de crear hermosas floraciones masivas en este mes, es un árbol pionero en la formación de bosques secundarios en territorios degradados de zonas altas y húmedas (por encima de 1800 msnm); puede llegar a vivir más de 40 años y tener hasta 20 m de altura.  Es muy valorado por la durabilidad de su madera para postes o reforestación de parques urbanos por ser poco exigente en cuidados. En mi finca es uno de los árboles que apareció con mi estrategia de arborización de potreros[1] donde se observa su generosidad para servir de soporte de muchas epífitas y en las áreas de reforestación natural que utilizo como reserva ambiental.

Algunas alteraciones de su época de floración me parecían normales (adelantos al mes de Abril, p.e.), pero en 2021, cuando empecé a recuperar mi capacidad para realizar caminatas largas después de un covid, pude observar maravillado el desplazamiento de su floración masiva hacia el mes de Julio y aún en enero (2022) se presentaron floraciones aisladas distribuidas irregularmente en el territorio especialmente en árboles más jóvenes, como si las nuevas generaciones hubieran perdido los referentes de autorregulación y organización poblacional. También un número pequeño de flores/árbol.

Foto: Jose Otocar Reina Barth. Julio, 2021
Foto: Jose Otocar Reina Barth. Julio, 2021
Foto: Jose J. Reina . Enero, 2022

Aunque se conoce el mecanismo bioquímico que tienen las plantas para crear sus floraciones (se disminuye la producción de microcadenas de ARN que estimulan el crecimiento para aumentar la de proteína SPL que provoca la floración) y se avanza en los modos técnicos de control en procesos de artificialización en plantaciones de interés comercial, la capacidad de predecir basada en el historial de comportamiento de las especies nativas es cada vez menor y su impacto ecológico a futuro es incierto.

Pretendo comprender el desordenamiento en las floraciones del Tibouchina haciendo un ejercicio especulativo (hipotético) ayudado por mis observaciones de campo[2] y por el enfoque biológico de H. Maturana como respuesta de los árboles en su autonomía biológica[3] “disparada” por sus interacciones recíprocas individuo- medio, individuo-individuo en el entorno de las modificaciones ambientales que crea el cambio climático en la especificidad de cada finca. Veamos:

  1. Estando el Tibouchina, acoplado[4] en sus interacciones individuo-medio a unas condiciones de humedad y disponibilidad de nutrientes producto de la antigua estabilidad de los ciclos verano-invierno de la zona andina, la presencia de periodos de sequía largos, agudizan la alta variabilidad espacial que caracteriza a los suelos de ladera en humedad superficial y profunda provocando en el árbol la necesidad de re-acoplamientos para preparar sus procesos de producción de las proteínas SPL necesarias para la floración, procesos que serían más lentos por la escasez de nutrimentos y agua. Así se podría explicar entonces la demora de la floración o desplazamiento de abril-mayo a julio. La presencia de mayores velocidades y frecuencias de los vientos que son provocados por el cambio climático influyen también en esta dirección al provocar mayores procesos de evapo-transpiración a costa de la necesidades de agua metabólica. En mi finca por ejemplo, el 2021 fue precedido por tres años relativamente secos.  La presencia de estas interacciones explicaría también la disminución en el número de flores/árbol que se notan en árboles más jóvenes que no han desarrollado suficiente volumen y tamaño de raíces y acoplamiento con micorrizas[5] del suelo.
  2. La diversidad del relieve de las zonas de ladera, sumado a lo anterior, explicaría la dispersión espacial de las floraciones en el territorio por el drenaje que se produce en las pendientes  y el acumulado mayor de humedad y nutrientes en las partes más bajas y planas[6].
  3. La ubicación territorial del Tibouchina ejercería también influencias en su comportamiento biológico. En el caso de mi finca, p.e. la presencia del efecto Foehn en la región del cañón del río Dagua, determina mayor humedad en los sitios de montaña que actúan como barrera al paso de los vientos que movilizan la humedad que proviene del Pacífico colombiano, una de las regiones de mayores precipitaciones en el mundo. Así habría diferencias en humedad y disponibilidad de nutrientes si la ubicación es a un lado u el otro de la barrera montañosa.
  4. De igual forma, la cercanía de los sitios a bosques existentes o áreas ya recuperadas, establece diferencias similares al punto anterior, en la presencia de acumulados de humedad en el suelo y nieblas de producción local creadas por la alta evapotranspiración y condensación que provocan los árboles.

Los aspectos señalados se pueden convertir en una guía de observación a interesados para profundizar sobre la posibilidad de servirse del comportamiento del Tibouchina y otros árboles tropicales en el estudio del impacto que el cambio climático puede tener en el nivel de finca. La observación de esas alteraciones podrían utilizarse para realizar mapas de la diversidad espacial de los suelos de las fincas sin instrumentos sofisticados y a muy bajo costo.

La alteración en las rutinas en los ciclos de floración parece ser uno de los primeros síntomas del impacto del cambio climático sobre la vida vegetal y a partir de allí sobre las otras formas de vida que habitan el planeta por la ruptura de las cadenas alimenticias y los servicios ecológicos

NOTAS
[1] https://sostenibilidadymundoreal.wordpress.com/2017/07/01/sobre-como-arborice-mis-potreros-dejando-actuar-la-potencia-de-la-naturaleza/
[2] Deffontaines, J. P. 1991. La Agronomía ciencia del campo. El campo, lugar de la Interdisciplinariedad. De la ecofisiología a las ciencias humanas.  Trad. Gladys Conde. In Agronomie, 11: 581-591
[3] Maturana, H. & Varela, F. 1996. El árbol del conocimiento. Las bases biológicas del entendimiento humano. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, S. A.
[4] La palabra “acoplamiento” es de H. Maturana
[5] https://sostenibilidadymundoreal.wordpress.com/2015/03/05/las-micorrizas-redes-microscopicas-de-la-nutricion-de-los-vegetales/
[6] Conocimiento ancestral de los campesinos e indígenas que sembraban cultivos de pancoger en estas áreas cuando no se habían inventado los fertilizantes


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